¿El
Internet nos hace más listos o más tontos?
Este
es un debate que no ha pasado de moda. Y que nos sigue despertando la
curiosidad y ha sido motivo de muchas discusiones. Debido a que existente
demasiada información que tenemos al instante y que por ello no intentamos
retener. Porque estamos mucho tiempo frente al computador y no nos relacionamos
con las personas a nuestro alrededor sino con personas que publican sus ideas y
al no interactuar podríamos pensar que nos volvemos personas con dificultades
para socializar en contacto directo con las personas. Y la cantidad de datos
son abrumadores y en muchas ocasiones es difícil discernir o filtrar los
confiables. Que nos distrae, por la cantidad de imágenes música, videos que
circulan en el ciberespacio.
A
raíz de este debate generado hace algunos años, se han publicado obras como de
la Carr (2008), a quien le costaba concentrarse por la cantidad de
interacciones que se pueden generar y que se traducen en multitareas que no
permiten la profundización de la información. Lo que antes era visto como
productivo, porque podías hacer varias tareas a la vez, que se advierte en el
libro de Carr.
Se
trata de “autocontrol” y que para resolver problemas hay colaborar con otros y
que no todos tienen la misma forma de generar ideas. Que hay una conexión de
nuestra mente con el internet y que producto de la evaluación con los usuarios
se han ido cambiando la idea de que el internet nos hace tontos. Que en
realidad la memoria se puede expandir teniendo la posibilidad de almacenar
información en la que lo productivo está en aprender a discernir cuáles son
contenidos válidos.
El leer sinnúmero de publicaciones sobre las historias de
las personas a la larga nos permite hacernos un modelo mental. ¿Que si nos
puede volver egocéntricos? ¿Narcisistas? o ¿que nos distrae? Pues es cuestión
de controlar y saber filtrar la información. Somos buenos dándoles sentidos a
los detalles y si nos detenemos a analizar nos daremos cuentas que siempre
hemos usado herramientas externas para recordar (libros, papeles, etc.) que
ahora se pueden registrar en un blog y que nos permiten recrear hasta
situaciones que hemos vivido.
El
reto que se nos plantea es ¿cómo usar las herramientas? Y ¿cómo identificar el
contenido verás? Lo que las nuevas generaciones de niños deben aprender es a
desarrollar pensamiento crítico que es difícil de aprender y enseñar. Y
los docentes relacionar la actividad curricular con la vida personal que le
motive a hacer más actividades teniendo en cuenta como puede ser productivo
para su experiencia personal.
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